sábado, 7 de marzo de 2009

Comienza en el gimnasio con buen pie


Seguro que muchos de vosotros ya habéis empezado a cumplir vuestro propósito de ir al gimnasio y poneros en forma. Algunos lo estaréis agradeciendo, otros en cambio estaréis muertos de dolor por las agujetas o molestias musculares.


Si eres de los que ahora no puede ni moverse por el dolor es porque algo has hecho mal y lo más seguro es que pensabas que desde el primer día tú podías levantar más peso que nadie o podías correr más rápido.En el gimnasio un ingrediente principal es la paciencia y hay que empezar poco a poco. Todos tenemos agujetas y dolores al comenzar a hacer una actividad a la que no estamos acostumbrados, pero si ese dolor es insoportable es síntoma inequívoco de que nos hemos pasado de intensidad.


Recuerda que lo primero que debes hacer es distribuir los días por semana para ir al gimnasio, dejando siempre un tiempo de descanso entre sesión y sesión, sobre todo ahora al principio.
Mejor empezar a hacer los ejercicios de pesas y máquinas con muy poco peso. Lo principal es aprender a hacer el movimiento bien, después ya iremos aumentando poco a poco la carga. Igual con las máquinas aeróbicas, poco tiempo y poca intensidad para familiarizarnos al principio con ellas.


Aeróbico no debe faltar. Si tu objetivos sólo son las pesas y coger músculo es una buena opción, pero el ejercicio aeróbico siempre ayuda a limpiar el músculo después del entrenamiento y a recuperar antes y mejor.


No te fijes en los demás. Hay gente que lleva entrenando años, no los vas a coger de un día para otro ni vas a conseguir su cuerpo en la primera semana. Por mucho que te piquen, ve a tu ritmo y céntrate en tus posibilidades.
Siempre debes realizar un calentamiento y una vuelta a la calma, se evitan lesiones y facilitan la recuperación. Nuestro cuerpo, al igual que los coches, necesitan calentarse antes de poder estar a tope.


El monitor es tu mejor amigo en el gimnasio. És es realmente el que sabe qué ejercicios nos convienen y con qué intensidad. Haz caso omiso al listillo de turno del gimnasio que se empeña en darte lecciones.


El primer mes es el más duro, después iremos notando como avanzamos y haciendo lo mismo que antes nos cansamos menos y recuperamos antes. Todo es tener paciencia y realizar la rutina adecuada.

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